No uses tanto la mente, utiliza tu intuición
- Ubay Serra
- 23 mar 2016
- 4 Min. de lectura

¿Cuántas veces has oído decir que hay que seguir la intuición y que, a veces, las primeras impresiones son las que cuentan? ¿Estás de acuerdo?
Sea cual sea tu respuesta, hoy en día, en un mundo dominado por la ciencia, la lógica y el raciocinio de cerebro izquierdo resulta cada vez más complicado utilizar estas herramientas sin ser considerado un irresponsable o un friqui.
Pero…
¿Por qué deberías usar menos tu mente?
Te voy a dar mis 4 motivos de peso:
1. Para estar en armonía contigo mismo en todas tus manifestaciones
Vivir exclusivamente desde la razón y la lógica es hacerlo desde la mente a través de la parte izquierda del cerebro. Pero las personas no sólo somos mente, también somos cuerpo y alma. Y esas partes de nuestro ser se comunican con nosotros, entre otras formas, mediante la intuición, las emociones o las primeras impresiones.
Por tanto, vivir sólo desde la mente supone dejar de lado otras partes de nuestra persona que son igualmente importantes y, por tanto, caer en un desequilibrio que limita nuestra vida. De ahí mi siguiente argumento…
2. Para no limitar tu vida innecesariamente
La mente no sólo es limitada a la hora de comprender la complejidad de la existencia sino que también puede ser manipulada por agentes externos y convivir con el engaño y la mentira, no así la intuición o las primeras impresiones puras, que conectan siempre con la verdad y la esencia de las cosas.
Por tanto, dejarte guiar exclusivamente por la mente te llevará a un lugar producto de sus propias limitaciones que, casi siempre, se encuentra lejos de tu felicidad.
3. Para ser dueño de tu destino
Cuando decides sólo con la mente quien decide realmente son aquellas entidades que la estructuran. Y quien la estructura es el modelo social dominante a través de los sistemas de información, educación y adiestramiento de que dispone. Así pues, si decides con la mente tu destino será el que la sociedad espera de ti.

Tú eres el iceberg, tu mente es sólo la punta
4. Para ahorrar tiempo, salud e incluso dinero
Imagínate que quieres conocer a alguien que acaban de presentarte. Desde la mente sólo podrás conocer a esa persona y sus verdaderas intenciones cuando tengas suficientes datos “reales” y objetivos sobre ella y hayas podido analizarlos detenidamente de forma racional. Sólo en ese momento podrás tener una opinión sólida con conocimiento de causa. El único problema es que para llegar a ese punto pueden haber pasado semanas, meses o años y, por tanto, habrás perdido tiempo e incluso salud y dinero por el camino. Entonces…
¿Cómo usar la intuición y las primeras impresiones?
Siguiendo con el ejemplo anterior, date el tiempo suficiente para tener una opinión consistente y definitiva sobre algo o alguien, pero jamás olvides la primera impresión y las intuiciones que te fueron llegando desde el primer día. En muchas ocasiones, verás que éstas se han correspondido perfectamente con lo que el tiempo ha acabado dictando y, en otras, verás que no ha sido así.
Con el tiempo, por un simple proceso de ensayo y error, irás entrenando tu intuición y tus primeras impresiones hasta saber cuándo debes tenerlas en cuenta y cuándo no. De esta forma, aprenderás a utilizarlas de forma fiable a la hora de tomar decisiones y evitarás tener que recurrir al juez del tiempo, lo cual te ahorrará mucho tiempo y disgustos a nivel emocional, psicológico e incluso económico.
Si no quieres pasarte años aprendiendo de tus aciertos y errores hasta tener suficiente experiencia prueba lo siguiente: estate siempre atento a la pequeña voz interior que te habla constantemente y, cuando lo necesites, formula al aire una pregunta sobre el tema que quieras. Puedes preguntar cosas como: “¿Es él/ella una persona con quien podría tener una relación de pareja satisfactoria?”, “¿Me conviene tomar esta oferta de empleo?”, “¿Es bueno para mí tomar este camino en la vida?”…
Una vez formulada la cuestión, intenta captar la primera respuesta que te pase por la cabeza de forma instantánea, sin juzgarla ni pensar sobre ella usando el filtro de tu mente. A continuación, pregúntate cómo te hace sentir o qué emociones te despierta esa respuesta. La emoción nunca miente.
Finalmente, considera la posibilidad de de hacer lo que tu voz interna te diga y ve si los resultados de tus acciones son los realmente esperabas. ¡Tal vez te lleves una agradable sorpresa!
Y para terminar este artículo, una última reflexión para estimularte a que seas más intuitivo: “La vida es un gran puzzle para los que piensan, una tragi-comedia para los que sienten y un juego para los que además de pensar y sentir utilizan su sexto sentido”.
¿Y tú? ¿Utilizas la intuición y las primeras impresiones en tu vida o vives desde tu mente racional? ¿Qué otras formas tienes para entrenar tu sexto sentido?
Ubay Serra

és Fisioterapeuta i Osteòpata de professió, viatger empedreït i apassionat del denenvolupament personal. A hores d'ara porta una vida nòmada en què combina a parts iguals feina i passions viatjant pels 5 continentns.
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