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Nano relats

  • Ángel Larrosa
  • 4 ene 2016
  • 2 Min. de lectura

Adiós


No se fue por el sí dubitativo que escucho de sus labios, si no por el no contundente que leyó en sus ojos. se fue por el sí dubitativo que escucho de sus labios, si no por el no contundente que leyó en sus ojos.


Redundancia


“¡La puta!” Exclamó la puta cuando el cliente se desplomó sobre ella víctima de un infarto.


Tocando fondo


“Tenemos la prueba irrefutable de que la crisis está llegando a unos extremos intolerables: Las casas de empeños están llenas de smartphones”, dijo indignado en su discurso el defensor del pueblo.


Proposición indecente


"¿Te animas?”, le dijo un ánima a otra ánima con la que compartía un anime erótico.


Ya no llueve


La paloma que sacó el mago de su chistera tenía una rama de olivo en el pico. Después aparecieron por allí una pareja de leones y una de jirafas y una de rinocerontes y una de chimpancés y una de…


"Company, ¿t'has menjat l'últim unicorn?". "No".

Amor imposible


El chico del que se enamoró era un trozo de pan, pero ella era celíaca.


Sibaritas


La opinión de los caníbales fue unánime, el laureado militar era el de mejor sabor.


Para variar


Las elecciones fueron primarias, los resultados secundarios, los beneficiarios los de siempre.


Inesperado


Cuando él le declaró su amor, a ella le dio un pasmo; cuando ella le dijo que sí, a él le dio un espasmo.


Cambio de situación


Entró en el bar, pidió un café solo y al cabo de un rato salió acompañado y enamorado.


Consecuencia


En pleno ardor de la discusión él le pidió que fuese al grano. Acabó molido.


Cambio de situación

Entró en el bar, pidió un café solo y al cabo de un rato salió acompañado y enamorado.


Desacierto


Murió asfixiado por una espina que se le atravesó en la garganta; pero tuvo suerte pues iba dirigida a su corazón.


Juerga


El dependiente montó tal fiesta en el supermercado que las existencias quedaron agotadas.


Emprendedor


Era un hombre de tanta mala suerte que se hizo millonario. Montó un circo en el que los enanos pagaban por ser contratados.


Acierto


Sabía que nunca sería su destino, por eso buscó en ella su mejor desatino


Ángel Ramón Larrosa Bondía és un escriptor escassament publicat i abundantement impublicable, narrador d'històries esporàdic i ensopegador empedreït amb una pedra de la qual ha agafat estima.


 
 
 

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